sábado, 20 de marzo de 2010

PURÉ ROJO


Me hace mucha gracia que los grandes fallos de esta serie sean lo que hacen que cada jueves tenga un share de casi un 30%. No quiero dármelas de entendida ni mucho menos, por no puedo evitar no ser público objetivo. Por formación, deformación y vocación profesional.

Supongo, y digo supongo porque realmente no sé las razones de su éxito, que la gente sigue esta serie porque es secillísimo seguirla gracias a que absolutamente todo lo que ocurre en la serie está verbalizado. Algo que a los futuros guionistas (aspirantes, guionistras frustados, aficionados, gente que escribe y un largo etcétera) nos está más que prohibido hacer y además nos horroriza. ¡Con lo que mola un plano sugerente o subjetivo de vez en cuando!. Pobre mi abuela que ya no va a poder adivinar quién se liará con quién solo por cómo se miran. Ya nunca escucharé ese "¡Uuuuuuy, la mató, fue este maja!" porque un personaje mira fugazmente a otro y de fondo suena una música terrorífica (¡Ay mi abuela!, de ella sí que había que hacer una serie).

Me da mucha penina estar "poniendo verde" a Águila Roja porque soy seguidora suya desde la primera temporada (es un fallo de fábrica, cuando empiezo a ver una serie hay muy pocas cosas que me obliguen a dejar de verla salvo la propia serie o un caso serio de obsesión). Pero sinceramente, es de los pocos superhéroes que no me caen bien. En la primera temporada lo único que quería era encontrar al asesino de su mujer y vengar su muerte. Lo cual es un conflicto interno bastante antiguo pero también bastante chulo, que funciona muy bien y que da para mucho. Pero como se enteró de que el asesino era El Comisario (Francis Lorenzo) que a su vez era su hermano, en la segunda temporada se le olvidó del todo su mujer y ahora está obsesionado con saber de dónde viene. Algo que, por lo visto, sabemos todos menos él. Y ahora de repente, Gonzalo se comporta como si fuera Dios. Sé que suena muy peyorativo pero es verdad, parece que tiene las respuestas a todo: cuando los demás pasan hambre, él sabe perfectamente racionar la comida; cuando la cuñada está triste porque tiene al prometido en la guerra, él tiene las palabras perfectas para consolarla y de paso conquistarla; cuando el pobre Satur (Javier Gutiérrez) tiene un problema gordo de verdad para sacar adelante a su familia, el Aguila le da el consejo ideal para que se sienta un auténtico hombre y sea valiente.

Creo que si sigo viendo esta serie es precisamente por personajes como Satur. O Catalina (Pepa Aniorte), o Juan (Roberto Álamo), o la Marquesa (Myriam Gallego). Secundarios (o no tanto) capaz de darle un toque de realismo a la serie inigualable. Sí, en realidad pasa un poco como los Pacos. ¿Será mi sino con Globomedia? ¿Estaré condenada a amar a esta productora, odiar sus argumentos y a veces sus diálogos pero amar su dirección de actores? Ojala...

(Dedicado a Rosario Rodriíguez. Te adoro)

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