Pretendía ser la sucesora de Al otro lado de la cama y se ha caído de la litera de arriba.
Pese a que David Serrano contaba con el talento bipolar de Miren Ibarguren (que en un inexplicable fallo de guión desaparece durante media película) y con una pareja digna de un spinoff, el binomio Ordaz-Manver, el director madrileño ha creado 100 minutos que mantienen al espectador pegado en su asiento más por ver con qué fémina se queda finalmente el protagonista, que por la calidad de la cinta.
Frente a versiones de canciones pegadizas, por todos conocidas pero que no hacen más que añadir un innecesario toque de dulzura, tan inutil como el hecho de que una de las protagonistas vuele, es cierto que hay que destacar el trabajo de los actores. Mejor dicho: de las actrices. Al trabajo de las ya mencioandas Ibarguren, Ordaz y Manver, se debe unir el registro cínico de Angie Cepeda para formar un cuarteto perfecto que dota a la historia del surrealismo necesario para entender la complicada trama de mentiras, dimes y diretes que es Una hora más en Canarias
Recomendad para fans del acento colombiano y los enrredos más telenovelescos pero descartada para quienes esperan la frescura del romántico musical que pretende y no llegar a ser.
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