martes, 26 de enero de 2016

EJEMPLOS

Eso son Steve Jobs y Joy. Dos grandes y opuestos ejemplos de superación. Por un lado, está esa madre a la que cada día le trae un nuevo problema, una bomba de relojería llena de optimismo y una fuerza innhata e inexplicable interpretada por la enorme Jennifer Lawrence. Pese a que el guión es predecible y que la presencia de Robert De Niro y Bradley Cooper pasan desapercibidas por el tremendo trabajo de Lawrence, Joy
es la prueba de que la química con este último sigue intacta tras El lado bueno de las cosas

En la otra esquina del cuadrilátero, encontramos a Jobs encarnado en Michael Fassbender, un personaje odioso, lleno de rencor y con grandes problemas de comunicación pese a poner su talento al servicio de la ¿evolución? de la misma. Un ser tremendamente asocial pero rodeado de mucha gente con muchas cosas que decirle a través de un guión con una estructura original e interesante y unos exquisitos diálogos. Sobre Winslet, como réplica de Fassbender, sobran las palabras pues no hay adjetivo que
defina su talento en este y en cualquier papel.

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