viernes, 27 de febrero de 2015

LA IMPORTANCIA DE UN BUEN PORQUÉ

Una de las lecturas que más recuerdo es El libro de los por qué (1991) de Gianni Rodari. La moraleja de esta era que en cada cosa hay mil porqués. Esto quedó en mi mente y no volvió a aparecer hasta que me aficioné a series como Castle, Bones y otras ficciones basadas en la de investigación de un crimen por episodio. Llegué a la conclusión de que todos los casos tenían algo en común: la resolución del mismo no estaba completa cuando se capturaba al delincuente, sino cuando se sabía el porqué de sus actos. Es más, en muchas ocasiones ese porqué era la pista definitiva para encontrar al criminal. Todo esto me hizo darme cuenta de lo tremendamente importante que es saber el porqué de las cosas, en especial de los actos humanos. Si un amigo se aleja y tu orgullo no le pregunta por qué, lo más probable es que pierdas una buena amistad a causa de tu ego y del suyo. Si una pareja se separa sin una explicación clara, uno de los dos o ambos sufrirán más de lo necesario. Podría encontrar cientos de casos en los que es necesario dar un porqué. Seguramente, el otro no lo entienda y no hace falta, porque nadie puede entrar en la mente de nadie, pero sí es necesario hablar, comunicarse y estar en disposición de escuchar las razones del otro. No tratar de entenderlas, no justificarlas, solo empatizar para que el sentido común guíe nuestros porqués.

También podéis leer mi columna en la web de El Día de Zamora

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