sábado, 7 de febrero de 2015

SIGO CAMINANDO

“Volver la vista atrás es bueno, a veces” tarereaba Karina allá por 1970. Aunque ha pasado bastante tiempo desde tan popular afirmación, sigue siendo una verdad casi universal. En mi opinión, hay que mirar hacia atrás para impulsarse y coger las fuerzas necesarias para enfilar el horizonte y acompañar con pasos esa mirada decidida. “Cualquier tiempo pasado nos parece mejor”, seguía aleccionando aquel baúl de los recuerdos setentero. ¿Cuántas veces nos gustaría viajar a través del tiempo y remendar errores o revivir aquellos momentos especiales? ¿Cuántas veces tiene uno la suerte de regresar al origen puro del talento para corregirlo y mejorarlo? Pocas, muy pocas, se lo aseguro. Por ello, ya que mis zapatitos tienen la oportunidad de volver a caminar, he de ser más que agradecida y dedicárselos a todos los que me leen y me leerán cada semana. A todos los que, como yo, han esperado pacientes mi promesa de volver a escribir. De modo que aquí los tienen, solo para ustedes, limpios, claros, sinceros. Para que me acompañen en el camino o incluso para que se los prueben, aprendan y me den consejo. Les aviso, no son fáciles de llevar. Son 7 centímetros y medio de un número 37, de pies de princesa, como dice mi abuela. Realmente cómodos para bailar aunque no tanto para caminar.

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