EL SISTEMA DEL 8%

No me gusta hablar de política y hoy no voy a hacer una excepción, pero como a una también le afectan las barbaridades que se oyen en cada telediario, tampoco es plan de quedarse callado.

15 de junio de 1977, miércoles. España celebra sus primeras elecciones democráticas. Hubo una participación del 79%. 1931. La Constitución reconoce por primera vez el derecho de las mujeres a votar. 1933. Se celebran las primeras elecciones en las que pudimos ejercer este derecho. 20 de noviembre de 2011. Celebración de las últimas elecciones generales hasta la fecha, con una participación del 71%. Una diferencia de un 8%. Quizá no sea un número muy alto, pero, si yo fuera político en este país, no miraría esa cifra en concreto. Me preocuparía más que, con el paso de los años, la participación desciende; la gente no cree en el sistema. Tras 40 años de dictadura y después de una lucha apasionada y sin tregua por conseguir el sufragio femenino, la población española ha perdido la esperanza en esa democracia que tanto costó conseguir.

No se vota en contra de unos o a favor de otros. Directamente, no se vota, porque nadie da solución a los desahucios, el paro, la corrupción y un exagerado etcétera.

Si yo fuera político, esto es lo que me preocuparía. Pero claro, no lo soy.

Recuerda que también puedes leer mi columna en El Día de Zamora.