viernes, 24 de abril de 2015

ESTE MUNDO NO FUNCIONA

Esta semana, un chaval de apenas 14 años ha entrado, ballesta en mano, en su instituto y terminado con la vida de un profesor, además de herir a otra docente y a su hija. No se le puede imputar, por su edad. Hace pocas semanas, nos paralizaba la noticia de que el copiloto del avión estrellado en Francia había provocado el terrible accidente. Falleció y nunca pagará por el sufrimiento que su estado mental ha causado a muchas  familias. Ambos, aunque hoy son asesinos, también son enfermos psiquiátricos.

En los últimos años, la medicina ha avanzado de una manera increíble y, si todo va según lo previsto, en pocos años habrá curas, o al menos mejoras, para el temido cáncer. Nos preocupa mucho nuestra salud física, sí, pero... ¿qué pasa con nuestra salud mental?

Si tenemos tos, tomamos jarabe o miel con leche; si nos pica un mosquito, nos damos pomadas. Pero, ¿qué pasa cuando sabemos de alguien atormentado, obsesionado con el gore o con los videojuegos? Lo llamamos friki y no pensamos que necesite ayuda de verdad. ¿Cuando vemos amigos deprimidos y obsesionados? La paciencia se acaba y al final cada uno tiene su vida. Pero las enfermedades mentales son mucho más jodidas que las físicas y necesitan de más tiempo y atención. Y ya va siendo hora de que todo el mundo se dé cuenta.

Recuerda que también puedes leer mi columna en El Día de Zamora

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