Desde pequeña, he oído la misma frase cada año; cada verano; cada
junio, julio y agosto. "Échate crema que la piel que se quema son
células que no recuperas". Así casi 3 décadas.
Aunque
a todos nos molesta esa sensación pegajosa y asquerosa que deja la
crema solar, las quemaduras que nos regala Lorenzo no son cosa de risa.
Lo que sucede cuando alcanzamos ese rojo cangrejo tan indeseado es que
los rayos ultravioleta que nos llegan superan la protección solar que
siempre debemos usar y dañan el ARN. Entonces, las células que rodean
las que están "quemadas" reaccionan inflamándose para deshacerse del
tejido dañado y evitar que se convierta en cáncer. La sangre se acumula,
la piel se enrojece y ya está, ya nos hemos quemado.
Por otro lado,
están los golpes de calor, cuyos síntomas van desde el dolor de cabeza
hasta mareos, vómitos e incluso delirios.
Sabiendo esto y con la que
está cayendo... ¡haz el favor de cuidarte!
Si te gusta lo que has leído, no olvides visitar mi blog Marcando el 2.
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