viernes, 16 de octubre de 2015

GANAR A DIARIO



Ahora que bajan las temperaturas y nos parece imposible haber llevado manga corta o bikini hace un suspiro, el frío y el color gris parecen adueñarse de todo cuanto llena nuestro día a día.

De lunes a jueves, el plumas, la bufanda y la naricilla roja mandan y el viernes, el PMS (película-manta-sofá) parece el mejor plan para pasar la noche.
Sin embargo, como decía Calle, el personaje de Candela Peña en ‘Princesas’, de Fernando León de Aranoa, allá por el 2005, “hay un día, ya verás, hay un día que es la hostia”.

Nada menos que diez años han pasado desde el estreno de este largometraje y tal afirmación sigue siendo cierta. Existe un día en la vida de todas las personas que parece mágico. Llega sin avisar y por eso hay que estar siempre listo para recibir energía positiva de lo que sea porque las señales son las que nos permiten identificar ese día. En esas 24 horas puede pasar de todo y todo bueno. Quizá veas a un antiguo jefe que nunca valoró tu trabajo y le demuestres lo feliz y realizado que te sientes en tu nuevo puesto; quizá vayas a clase de zumba y nunca te equivoques en las coreografías. Puede que alguien te haya hecho tu plato favorito al llegar a casa o, en uno de los mejores casos, puedes ganar aquel concurso que perdiste tiempo atrás.

El día perfecto puede ocurrir una vez o varias pero lo importante es estar dispuesto a vivirlo. Como no avisa, si pasamos nuestra existencia entre nubes de tormeta, nunca nos daremos cuenta de que el día ha llegado y pasará de largo para alegrar la jornada a quien sepa valorarlo.
Mi consejo es que vivamos cada día como si fuera perfecto. Que si tenemos problemas graves, que nos superen, también sepamos ver las cosas buenas que nos ayudarán a solucionarlo. Así, cuando termines el día que sea y reposes tu cabeza en la almohada, quizá te darás cuenta que el día perfecto no te escoge a ti. Tú eliges cuántos días perfectos quieres vivir.


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