sábado, 2 de abril de 2016

NO ME DA LA VIDA (II)

Si tengo poco tiempo para ver y comentar todas las películas que me gustaría, menos tengo para hablar de todas las series que veo, si no es con un buen café y mejores amigos presentes. Así que ahí va un review de todas las producciones televisivas que sigo ahora mismo:

El ministerio del tiempo: tremenda sorpresa que vio peligrar su segunda temporada y hoy cuenta con una legión de fans con nombre propio. Los ministéricos. Pese a que Rodolfo Sancho en la piel de Julián Martínez es un atractivo de esta ficción, la incorporación de Hugo Silva como Pacino ha sido todo un acierto que ha mejorado muchísimo tramas y guiones. En cada capítulo se nota la pasión y el saber de Marc Vigil por el mundo del cine. 100% recomendable para quien quiera ver algo diferente con firma de la casa. Punto extra para una web muy currada, para Nacho Fresneda interpretando a Alonso de Entrerríos para deleite de los seriéfilos y para los podcast con historia extra que ofrece la web de RTVE.

The walking dead: Después de un par de temporadas un pelín aburridas, nuestra paciencia se ha visto recompensada con capítulos que se mantienen en alto prácticamente desde el primer frame. Eso sí, los sobresaltos por posibles muertes de protagonistas que luego no son tal, o sí, nos mantienen en una constante montaña rusa de emociones. Si a ello le añadimos que podemos completar información sobre el virus con la precuela Fear the walking dead y la web serie Flight 462, no nos despegamos del ordenador. Y lo sabes.

Juego de tronos: Aunque pase prácticamente un año entre temporada y temporada, esta serie es de obligado visionado para cualquier amante de la pequeña pantalla, tanto por su espectacular producción con un gran número de extras, como por su grabación a lo largo de exteriores en todo el mundo y por ser una adaptación prácticamente imposible de la novela río más grande de todos los tiempos. Si todo esto no es suficiente, basta con mencionar la interpretación de Peter Dinklage como Tyrion Lannister, sin definición posible con palabras. 

Mar de plástico: Desde mi punto de vista, los responsables de su emisión aprovecharon el tirón del éxito de La isla mínima (Goya a la Mejor Película en 2015) y no hicieron nada mal. Aunque no engancha tanto como otros productos similares (Véase Bajo Sospecha) el cliffhanger de la primera temporada nos dejó a todos con la boca abierta y ganas de más. Una pena que el tiempo que están tardando en estrenar la segunda temporada esté borrando ese efecto. Punto extra para Nya de la Rubia y Andrea del Río, tremendas interpretaciones y grandes descubrimientos para la ficción española.

Jessica Jones: La primera ficción hija del matrimonio Netflix-Marvel no ha decepcionado en
absoluto. Sin grandes efectos especiales, incluso algo ridículos por innecesarios (recordemos el momento en el la protagonista hace alarde de su fuerza sobrenatural levantando un más que evidente muñeco de su pareja inconsciente), esta serie atrapa como una droga, el cuerpo pide un capítulo detrás de otro, especialmente por el talento de Ritter y de un enorme David Tennant, que está por encima de cualquier otro aspecto de la serie.

Pretty little liars: el gran mérito de esta serie es, a parte de unos estilismos dignos de cualquier pasarela, mantener a sus fans después de tantísimas vueltas como ha dado, dejando un amplio reguero de villanos que luego son marionetas. Sin embargo, a diferencia de Lost (Perdidos), Pretty Little Liars sí ha sabido dar explicación a todos los enigmas planteados a lo largo de cinco temporadas, para dar un salto de cinco años e iniciar una sexta que promete, especialmente, por el carácter ya adulto de sus protagonistas. Muy atrayente el cambio del personaje de Hanna Marin (Ashley Benson), que ha pasado de ser la rubia tonta a la chica valiente y arriesgada, y la tremenda interpretación de Troian Belisario como Spencer, destacando por encima de las demás protagonistas.

Castle: Sin duda alguna, el secreto de esta serie es la química entre sus protagonistas, la comisaria Kate Beckett (Stana Katic) y el escritor Richard Castle (Nathan Fillion). Con o sin trama amorosa, el trabajo de actores y personajes encandila, siendo capaces de pasar del misterio, el suspense y la investigación más absoluta a la ironía de situaciones increíblemente cómicas. Como todo buen primer plato, sus secundarios son la guarnición perfecta encarnado en Molly Queen, Susan Sullivan (hija y madre de Castle, respectivamente), Seamus Dever y Jon Huertas (detectives compañeros de los protagonistas). Bastante imprescindible para los amantes de la buena televisión.

Once upon a time: Aunque una serie sobre cómo evolucionarían los cuentos Disney en una realidad alternativa no parece la mejor opción entre toda la oferta actual, el hecho de ver a los personajes clásicos mezclados entre sí, enfrentándose a problemas tradicionales o a los deseos de cambiar de bando, hace de esta una serie muy apetecible y entretenida. El único fallo, el exceso de croma. A veces, sangran los ojos.  Mención especial a la actriz Lana Parrilla que interpreta a Regina/Evil Queen; su trabajo es oro puro y no en vano es uno de los personajes favoritos de los fans pese a ser medio villana.





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